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domingo, 26 de mayo de 2013

La niña, la azotea silvestre y el elefante frenesí





Una vez fue una niña pequeña que se hablaba/ comunicaba con bichos y animales de todas las especies e incluso algunos de juguete.


Sin querer ni poder evitarlo entendía el aletear de las mariposas o la pasión roja que envolvía a los tres puntitos en las alas de las mariquitas.

Escuchaba las historias macabras de las grandes heroínas hormigas que casi siempre acababan con un ¡Mátala! ¡Mátala! 

Tenía una azotea donde los animales más exóticos le contaban en secreto sus cuentos. Allí los más extraños animalejos convivían en plena armonía. Unicornios, cebras, jirafas, tigres, monos, camaleonas, caracolas... de todas las especies imaginables habítaban la azotea donde sólo existía una norma básica:

“NO PISAR NI DEVORAR SERES SILVESTRES”


Pata mareá por seguir destellos de luna 

Una noche de primavera a medias la niña soñó con su azotea floreciente y sus animales silvestres. En el sueño iba a bordo de un barquito llamado  ‘Duendevela’ al que todos llamaban duermevela por confusión... La niña resplandecía con su vestido amarillo, sus zapatitos y sus totos a juego junto a la luna.

Duendevela flotaba sobre las flores y los animales silvestres; al son que silbaban los vientos. De repente el chapotear de un pato del color de la luna, esa noche, en la charca, atrajo al ancla de nube del barquito que no tardó en posarse junto a la orilla.

El pato, la luna y la niña iban a juego de reflejos amarillos en la charca aquella noche.

La luna y la niña observaban la actividad Pat- acuática del ovíparo amarillo. El pato entraba, salía, meneaba a colita, cantaba algo de agua fresquita... aleteaba y salpicaba agua de la charca con sus patas y sus alas de peluche...

Era cómico y divertido, pero el pato parecía triste o enfurrunchado por algo. La niña puso cara de atención y escuchó la historia que el pato necesitaba contar.


              “Soy una pata ves!! (Dijo señalando unos totos amarillos camuflados con su plumaje de peluche.) ¡Estoy haciendo bien mi trabajo! ¡El pato mareao lo llaman! ¡Pero soy la pata marea de los cuentos y nadie me conoce como tal... Todos hablan de mi, a muchos los llaman o incluso los consideran de mi especie... pero yo soy la auténtica pata marea. Estoy cansada de que me tomen por cualquiera, sin conocerme siquiera.

A la niña le dio tanta pena la rabia que le causaba esa historia a la pata y le llevó a la azotea cuentos nuevos para que dejara de patalear el agua. )(Eso enturbiaba a la luna en la charca) 

Crines tintadas con fresas y petunias


Una mañana con olor a verano, la pequeña dueña de la azotea silvestre; tras hacer volteretas sobre las fresas silvestres y las petunias se tumbó a soñar plácidamente en el arriate de amapolas. Su melena color rosa fresa silvestre salpicada de petunias en la hierba era lo más bicho raro que podía verse por allí...

El sueño duró muy poco. Un pony azul con las crines rosa fucsia había cogido a Duendevela. Viento en popa chupeteaba mordisqueando amapolas.

     “EEhhhh!!!! no hagas daño a otros silvestres!!!!”: exclamó la pequeña

     “Les hago cosquillas!!! Y a ellas les encanta!!!”: relinchó de pasión opiácea el pony
   
      “Ven juega con nosotros. Sabemos trotar y relinchar como los sueños”: relinchó esta vez de felicidad enseñando con nobleza los dientes llenos de migajas de amapolas.

La niña no pudo evitar aceptar la invitación del pony con crines de fresas silvestres y petunias.


El elefante frenesí


La llegada del otoño a la azotea trajo un nuevo habitante. Con la maleta llena de ganas de echar raíces. El árbol de los deseos estaba allí. Joven, erguido como una bandera y lo suficientemente fuerte para soportar las caricias, zarpazos y coces de amor del resto de los habitantes de la azotea silvestre.

Sin duda el árbol llegó preparado para soportar fríos inviernos y amparar de los señores del viento, la nieve, los huracanes, los relámpagos...

La niña sabe que el cumpleaños del árbol de los deseos es el día morado. El día que llegó a la azotea era día berenjena porque la pequeña se encaramó a la mejor rama y allí plantó su cinta morada de la cabeza como bandera. Después descendió con cuidado de no pisar ningún silvestre por diminuto que fuese.

En tierra de azotea silvestre un elefante lila soplaba con la trompa a las campanillas para escuchar sus carcajadas. Reía y saltaba al compás provocando un ruido de hojalatas saltarinas pues llevaba sartenes, cacerolas y cacharros de ese material colgándo de su tela de seda silvestre del lomo.

      “UUUUOOOOOLA!!! Soy tu elefante asiático de cacharrerría. Me llamo Frenesí; y me dijeron que tenía que huir de mi o moriría enseguida. .... Y aquí estoy, voy a quedarme con los de mi especie... He visto la azotea silvestre esta digna planeta para Frenesí....”


Frenesí guardó en su memoria de elefante. No pisar ni devorar silvestres.

Fueron animales exóticos y comieron cacahuetes felices.





lunes, 20 de mayo de 2013

Cuentos del Guadix sombrío


Este libro se presento en Granada (Calle Duende 12) en 2006.

“La memoria sensorial... puedes escuchar el canto del gallo, el quejío de los postigos de las ventanas, la copla de las cortinas al retirarse...”


El estigma de Verona

“Concibió a nuestro protagonista sin la participación expresa del marido”
“Despilfarraba como un crápula”
“Aceptaba de buen grado el tráfico carnal de su mujer”
“Los sobresaltos de una existencia en la cuerda floja”
“Verona; estigma disfrazado de apellido”
“Para no pervertir su máscara neutra y hermética”
“Disturbios en su frágil equilibrio psicológico”

“Sus fechorías despuntaron muy pronto”

“Los diabólicos experimentos de Verona”

“Tuvieron que apartarse para no padecer el escarnio público por culpa de su carácter pendenciero y sobervio”


Pergeñar:

“Cuestión baladí”

Escarnio:


“Ni nos atreveríamos a sugerir una relación de causa- efecto entre sus experiencias infantiles y el derrotero que tomo su existencia”

“Infacia problemática y atribulada”



La mecedora


Muerte de Aurelia

“La escasa fuerza de sus argumentos: sus convicciones se basan en la intuición o más bien en corazonadas”

“Sostener largas conversaciones con otras gentes que habitaban su cabeza”

“Se incorporó al paisaje”

“Mueca de aceptación frente al espejo”

“Ella ha dedicado su vida a gustarse a si misma antes que acicalarse para los demás”

Acicalar:
Escudriñar:

“Del jardín asciende un penetrante aroma a mañana”

“Mujer de afables maneras”

“Un aposento deshabitado se mantiene mejor en la penumbra”


“Armado con la inocencia de siempre”



“Escudriñar los abismos en su mirada”

“Parece una muñeca dormida”

“Se ha quedado solo enmarañado de recuerdos”


“Exprime un par de lágrimas pues a lo largo de su vida las gastó casi todas y se aleja viejo y derrotado”


Muerte en el Mira de Amescua

“Se desplomó con estrépito mientras sus uñas rajaban el aire”


“Ruido sordo, como de calabaza resquebrajada que siempre le perseguía en sus sueños”

“Enmudecía porque el tampoco encontraba palabras para justificarse...”


“Un tema excesivamente aplazado sin solución prevista”

“Huir atruena en su cabeza”

“De su entereza dependía el éxito de sus empresas”

“Pánico enfrentarse a cuestiones que no deseaba clarificar”

“Dirimía sus dudas de la misma manera cínica y fatalista”

“Sus víctimas sucumbían en pleno apogeo de la vida.... ojos inyectados de lujuria”


“Estudiando las hipoéticas poses de una vida instantánea imperecedera, para la eternidad”

“De ojos sagaces de predador urbano”

Descollar:

“Entre evasivas y amables palabras se mantenía al margen del ruido que genera una estrella a su alrededor y que sólo sirve para hurtarle sus objetivos”

Marasmo:

“Ajena al deambular del mundo”

“Su vida se diluyó”

“Acomodar su forma de ser para simultanear la convivencia”

“Pero la parte superior de su orgullo estaba tan por encima del horizonte social, le era tan propia, tan incardinada en su alma... “

“La intuición de un cataclismo”

Cavilar:
Descabellar
Ahíto:
Enfangar:
Arrestos:
Rutilante:


“No había razones para tanto resquemor”

“Decisión descabellada e irreversible como inútil y enfangar...”

“Consideración tardía apuntaba hacia la senda del error”

“Carecer de arrestos”

“Mujer ingenua sin adornos ni atributos”

“Apartó una sombra de duda. Controló un molesto tic de pánico”


“Ambiente donde las relaciones se deslizan entre la infidelidad y la falta de respeto”

“Y se encontraba mal con el corazón roto”

“Insolente sarcasmo”

“El esclavo de una calamidad”

“Atado al sueño eterno de una estrella”

“Descubrió con profundo dolor que las armas en la lucha por el éxito no están homologadas, quevale cualquier herramienta para desollar al adversario”

“Lo más importante para los demás había dejado de interesarle”


“Huellas que taladran recuerdos”

“Deseo voraz” “Estrella rutilante”

“Esquivar un mundo hostil” 

“La aventura autista de una mujer cobarde”

“Doble rasero de sus palabras”

“Conato de relación...”

“Lo había elegido a pesar de las apariencias por su prestancia vulgar, su coqueteo ramplón”

“Buen acicate para tan escasa inversión”

“Hasta los confines de la locura”

“Hablar del mundo con una curiosa similitud en cuanto a apreciaciones, como almas gemelas que perciben los sonidos del exterior con la misma intensidad”


“Deslizándose por la senda que conduce a los sentimientos, aquel lugar del corazón donde los juicios son puestos en entredicho y uno puede adoptar decisiones sin medr las consecuencias que acarreen”

Entredicho:

Acarrear:

“Ojos desaforados”

Gitano

“Un nuevo hogar y el objetivo de su venganza al doblar la esquina”

Anamnesis de un dolor

“Dígame cuál de los tres era yo; si el niño amortajado con su traje de marinero... II o era el niño pendiente de cada detalle, asido por una mano al padre....III O era aquel niño encaramado al tejado, junto a la campana del cementerio...”



“Sabotear al drama”

“Creo que sí, que sabes de tu muerte, pero la subestimas porque imaginas que te vas a transformar en cualquier personaje que suplantabas cuando la salud te acompañaba... salud de cristal para mimar”

“Fuiste a engrosar unos porcentajes denigrantes para nuestro sistema de vida”

“No me extraña que sirvas de cobaya en beneficio de la comunidad”



Luis Asenjo es el autor de estos cuentos.






PD: ) Muchas gracias por regalarme estos cuentos. Gracias por existir y recordarme que existo, a veces... Gracias por darme aire nuevo para respirar a través de las letras... Cito textual algunas de las frases que más me han ‘engatusado’ para retenerlas y guardármelas un poco más.