Powered By Blogger

viernes, 13 de septiembre de 2013

"Elefantes de flor en flor"










"El método paranoico crítico de interpretación; conjunción de pensamiento e imagen..."  


Melies´moon


"Los vencedores de Leningrado..."

viernes, 28 de junio de 2013

El Capitán y la niña del aire

Una vez fue una niña del aire que huía de un capitán del viento.
La niña era un golpe de viento ligero y cristalino como una nube. No se podía ver si no era a través del tacto, o de los objetos con los que tropezaba a su paso. Parecía ciega pero no lo era. Sólo cerraba los ojos para sentir por donde pasaba. La niña del aire se enamoraba de los bulanicos de colores que se entretenían jugando con ella. De los pétalos que bailaban con sus danzas, de las veletas y de los trapos colgados en las azoteas.

Le atraían las bolsas de chucherías de las calles y a veces se hacía remolíno con ellas para comer polvo de gusanitos y azúcar de golosinas.

La brisa de la niña era caliente y encelaba el corazón de lo que encontraba a su paso. Se la podía encontrar en la orilla de mares en calma jugueteando entre las gotas saladas de las olas y los granitos de arena...
Ventolera, que se llamaba la pequeña, andaba en voladas e iba cargada de corazones que se llevaba a su paso. Era capaz de desorientar veletas y correr por las calles con su buen amigo el aire.

Ventolera era presa de aire y de las circunstancias. Solo sabía volar por los aires, jugar con las velas de los barcos pequeños, bañarse en la espuma de las olas y huir de las corrientes marinas y de aire que la engullían axfixiandola hasta la muerte.

El Capitán de viento por su parte era de los que se rodean de aire fuerte. Autoproclamado libre por los cuatro 'costaos' era esclavo de compensar presiones de un lado para otro. Tenía un rosal para el solo donde tenía marcados los rumbos de su horizonte. La rosa de los vientos la llamaban y él que era corriente y solo sabía correr, cantar y soplar no entendía de olores, no podía apreciarla como suerte sino como desgracia.

El Capitán del viento iba cargado de promesas que barría y tormentos que le echaban a cuestas... Llevaba tanto peso que enfurecía hasta al mar cuando se le acercaba, las nubes temblaban al presentirlo y si tenían ganas hasta lloraban de pena por el peso que el Capitán tenía que soportar. Todos los que lo conocían le tenían más pena que miedo. Pero ni los nubarrones más gordos ni los océanos más pacíficos lo acunaban. El pobre capitán del viento llevaba unas ojeras por los talones siempre porque no había montaña ni playa que lo dejaran dormir a su vera.

El viento dejaba rastro de olor de donde venía. ël no podía saberlo porque no tenía ese sentido. Tampoco sabía cuando era caliente o frío pues siempre iba cargado e iría sudando. Hacía mucho ruido al chocar contra árboles, olas, barcos y demás objetos que encontraba a su paso; por eso estaba un poco sordo y no es que no escuchara, sino que nadie le hablaba porque creían que el no sabia oir.

El Capitán del Viento se sentía muy solo y vagaba cansado buscando alguien que se bebiera sus vientos para poder descansar tranquilo.


El Capitán del Viento no tenía corazón porque un buen día se lo robó la Ventolera. Desde entonces el se limitaba a seguirla por donde intuía, con su rosa de los vientos, que podría encontrarla.




Supongo que en algún momento ambos, Capitán de Viento y Ventolera, se acabaron encontrando.
Quizás una tarde naranja en la playa. Cuando no quedaba nadie más en la arena.
La Ventolera bailando con una sombrilla de paja y el Capitán del Viento sembrando recuerdos en dunas de playa. El le pediría que se lo llevara en volandas como solo ella sabía hacerlo. Y ella se excusaría diciendo que su cuerpecito pequeño no sería capaz de soportar tanto tormento.
El le pediría jugar con su pelo y ella diría que precisamente por los enredos llevaba tanto tiempo huyendo.





.........

Desde la cunita del mar

Desde la cunita del mar
va cantando el viento
sopla que te sopla se va
como un niño hambriento
tras una corona de sal
van sus peregrinos
y yo como soy su guardian
le enseño el camino.


Y por ti juega con las torretas
persigue a los chiquillos
y se mete en tu guitarra.
El mismo diablillo que entra
y sale de tu casa
te da besos de plata 
cuando duermen las barquillas
yo te amparo Cai mio
de tu cielo y de tus mares
yo te alumbro y sigo el rumbo
el rumbo de tus carnavales.



No se que tiene tu brisa
que me encela el corazón
no se que deja tu cuerpo
si tormento o rebelión



Soy veleta que se mueve al compás
con tus penas siempre atravesás
con un faro entre las nubes
porque presume de ser 
el que mas te quiere



quien te sigue en calma y en temporal
el que escribe versos por alta mar
con el sur como bandera
por donde quiera 
por donde quiera
que la niña me lleve



¡ay! de dia te busco en la playa
¡ay! de noche por las murallitas
¡ay! que tu te me escapas,
que tu a mi me pierdes 
y el sentio me quitas


¡ay! ya esta el febrero subiendo
¡ay! detrás viene su ventolera
¡ay! ya tienes a tus marineros
pa curarte (quitarte) las penas.(3)

Sin tu melena al viento
me quedo pa siempre
y sin llevarte a hombros
me dejan los santos
los mismos que aplaudieron 
y enorgullecieron de ser mis hermanos
cuando llegó el momento
guardaron silencio y lavaron sus manos
lo mismo que Pilatos.
Por que te quiero y quiero
me acusa la gente
ya de Santa María se fue el diablo


"Greñuo" de mi alma
te quedas con los cristianos
que no pecan nunca
los que te ponen precio
y venden tu cara en una estampa
los que al llegar el viernes
hincan el diente
a nuestras culpas


Dejo esta casa
que los golpes de pecho no son mi religión
ya tengo mi sentencia
y una cruz a cuestas pa toa la vida
ya me hare un sitito
por Jabonerias pa verte gitanillo bueno


Despideme de mi mare Dolores,
la Magdalena y dale tres mil besos
a la carcel vieja
que yo te traere claveles
desde el infierno.

 
Segundo Pasodoble
Acércate torito que ya es la hora
no me mires a los ojos
que no me das pena
que me importa tu sangre
si la gente arde por verte rendío
olvídate del arte
yo vengo a matarte con garbo y tronio
que está la plaza llena llena

No lo pienses torito que dentro de poco
de ti solo habrá un charco rojo en la arena.

Acércate valiente
que viene ya el castigo de las banderillas
detrás te está esperando ese puyazo
pa que te enteres que yo no soy tu amigo
soy tu asesino y así es la vía.

Y frente a frente
embísteme si puedes
demuestra tu valor.

¡Ay! maldita sea la gente
que quiere tu muerte torito negro
cuantos monos sabios viven en mi pueblo
malditos seáis cien veces
a to el que quiera la muerte de un toro lo llevaría
al centro del ruedo a hacerle perrerías
y allí con un descabello
le diría que sientes
dime que sientes



Cuplés
Dicen los veletas, maldita la guasa,
no tienen malage los cuplecitos
de las comparsas.
¡Ojú! lo que trae el viento
que han visto en el Cerro el Moro
a un Cristo en mitad del barrio
¡Milagro! Es el colmo.

Algunos pedian trabajo
y otros, muertos de risa
y la cola más enorme,
los que le pedían grifa.

Como el Cristo habia escogido
la fachada de un vecino

no podia echar la siesta
no podia ver la tele,
ni echar un "hum, hum" tranquilo.
Del tirón se fue la imagen
y le dijo "Vaya guasa.
Vete a darle por culo a Martínez Ares
por lo del Papa"
Si miro pa el Este
que pechá de guerras.
Si miro al Oeste
no hay quién se entieda.
Si miro pal Norte
lo veo todo negro.
Por tu salud, déjame en el Sur
que allí sopla Cai, lo que más quiero.
________________
¡Ojú! lo que trae el viento
que dicen que ha llegao un barco
donde curan los ojitos, cielito,
mu barato.
Operan las cataratas,
operan la miopia,
los rusos si que están viendo
una niña to los días.
Aparatos muy modernos,
un equipo de primera,
son expertos de los ojos
y como te descantilles
el del culo te lo operan.
Digo yo ¡ay! Carlos Diaz
llégate por ese barco
que te operen los rusos
que llevas ciego catorce años.
Yo tiro piedras al viento….

Yo tiro piedras al viento, al viento tiro mis piedras, que se ofenda quien se ofenda, las recoja quien las quiera.Cai marinera y de ojitos negros ya me tienes loco por beber tus vientos.
Cai de palomas y de piñonates, llevame contigo, con tus vendavales.
Cai, copla, arena y callejuelas, acurrucame donde tu quieras.
Cai que me hunde con tus marineros, mientras se hacen ricos en los ministerios.
Cai de tronera, niños con churretes, San German al norte, San Servando al este.
Cai de levante y de troneras... llevame tan lejos como quieras!!

Mueve, rompe, meceme un poquito, yo tus aires necesito pa sentir la libertad. LLora con la fuerza del cariño, solo tienes estribillos pa aliviar el temporal.
Yo busco una nube, yo busco una nube, una nube de colores, igual que baja, igual que sube una chiquilla con algodones que se la lleva la ventolera, que yo sin ella me muero y ella que no se entera.
Yo busco un barquito, yo busco un barquito, un barquito que se lleva pa mar adentro to mis suspiros, el que me dice por las mañanas, expliqueme usted señor veleta ¿que pinta ahí un marinero que al cielo barcos no llegan?
Y asi me paso los dias mirando pal mar...
Loqui, loqui, loquito, loquito perdio, dando tumbos en el aire por dos cariños tan escondios.
Yo busco una nube, yo busco un barquito, y mientras lo busco, yo pierdo el corazoncito.. aaaay aaaay aaay ay ay ay ay aaa

Dejame ser tu capitan, niña de aire, mandarle al viento a tu portal pa enamorarte, dejame ser ese cantor que nunca sabe que caprichito vas a pedirme por carnavales
y asi en volandas tu y yo...

Ser un muñequito al son de tus mareas, ver tu cinturita por tus azoteas, perdernos juntitos de cualquier echura, de cualquier manera... Que la ventolera se nos lleve el corazon.

Viene a esta tierra un barquito, que se mece con la mar, viene a esta tierra un barquito, que se mece con la mar, y por las noches el barquito con las olitas se va.
El barco dice que encierra, el secreto de un querer, lleva a la mar el secreto que nadie sabe cual es.
Ay barquito de vela, que viene del mar y con las olitas poquito a poquito meciendote vas, eres palomita que sin rumbo va, como un cariñito, como un cariñito, como un cariñito que viene y se va.

Pero mira por donde me cachi en la mar! Ya no mece amores, no mece secreto mah! Poquito a poquito ha perdio el compas, ya no tiene muelle pa darle mercante nah! ni a su vaporcito... y sin rumbo se va, y sin rumbo se va, y mientras se aleja le dice llorando que pena de cai sin vela, sin barco, sin via y sin na.

Siempre al sur, al sur ay! la vida por llegar.
Mires donde mires tu sino no es la libertad.
Siempre al sur, al sur ay! la vida por llegar.
Mires donde mires tu sino no es la libertad.

Tus montes y tus mares corazones sin suerte, lo mismo que te amaban hoy te acercan la muerte.
(Alcohol)Las coplas solo valen pa limpiarte las penas, y aquí tus pajarillos siguen con sus cadenas. Probe la arena roja otra vez, la rabia sin parar, el verde del laurel, el blanco de la sal, pero la vida sin llegar...

Ocho princesas, Andalucía, ocho penitas pa cada dia.
Ocho princesas, Andalucía, ocho penitas pa cada dia.

Cuando venga el levante dile mi vida, cuando venga el levante dile mi vida, que no despierte a Cadi que esta dormida.
Carnaval como un vendaval, ya viene soplando para llevarse pronto todo lo amargo.
Si viniera el poniente corazón mío, si viniera el poniente corazón mío, dile que está esta tierra muerta de frio.
Carnaval como un vendaval, suplican las puertas, golpean sus tambores vientos de guerra.
Lluvia, tormenta, truenos y nubarrones, lluvia, tormenta, truenos y nubarrones, no le hagas caso niña son fanfarrones.
Carnaval, como un vendaval, de norte a oeste, viene a por los veletas pese a quien pese.
Pueden que vengan pronto los huracanes, pueden que vengan pronto los huracanes, por ti vela que vela virgen del carmen.
Carnaval, como un vendaval, para quien lo quiera, bendita sea por siempre tu ventolera...
Por las torres de Cadi ya se va el viento, por las torres de Cadi ya se va el viento, y se lleva mis coplas y mis tormentos.
Carnaval, como un vendaval, que pica y repica, dime donde esta el rumbo, dime donde esta el rumbo, dime donde esta el rumbo de la tacita.
PD: La ventolera 1994




Embestir:embestir.
(Quizá del it. investire, acometer).
1. tr. Ir con ímpetu sobre alguien o sobre algo. El toro embistió al torero. U. t. c. intr. Ese toro no embiste. U. t. en sent. fig. El camión embistió contra la pared.
2. tr. coloq. Acometer a alguien pidiéndole limosna o prestado, o bien para inducirle a algo.
3. tr. Mar. Dicho de un barco: Venir contra otro o dar sobre la costa o un bajo, bien de manera intencionada, bien arrastrado por el viento o las aguas.
4. tr. Mil. Atacar una plaza, una posición, etc.

ventolera.
(De ventola).
1. f. Golpe de viento recio y poco durable.
2. f. Varita en cuya punta hay una cruz o estrella de papel que gira.
3. f. coloq. Vanidad, jactancia y soberbia.
4. f. coloq. Pensamiento o determinación inesperada y extravagante. Le dio la ventolera de sentar plaza.
viento1.
(Del lat. ventus).
1. m. Corriente de aire producida en la atmósfera por causas naturales.
2. m. Aire atmosférico.
3. m. Olor que como rastro dejan las piezas de caza.
4. m. Olfato de ciertos animales.
5. m. Hueso que tienen los perros entre las orejas.
6. m. Cosa que mueve o agita el ánimo con violencia o variedad.
7. m. Vanidad y jactancia.
8. m. Cuerda larga o alambre que se ata a una cosa para mantenerla derecha en alto o moverla con seguridad hacia un lado.
9. m. coloq. Expulsión de los gases intestinales.
10. m. Mar. rumbo (dirección trazada en el plano del horizonte).
11. m. Mil. Huelgo que queda entre la bala y el ánima del cañón.
12. m. Mús. Conjunto de instrumentos de viento de una orquesta. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing.
medio ~.
1. m. Cada uno de los ocho que equidistan de los enteros en la rosa náutica.
~ abierto.
1. m. Mar. El que forma con la derrota un ángulo mayor de seis cuartas.
~ a la cuadra.
1. m. Mar. El que sopla perpendicularmente al rumbo a que se navega, y por tanto es a las ocho cuartas de la aguja.
~ a un largo.
1. m. Mar. viento largo.
~ blanco.
1. m. NO Arg. Borrasca de viento y nieve.
~ calmoso.
1. m. Mar. El muy flojo y que sopla con intermisión.
~ cardinal.
1. m. El que sopla de alguno de los cuatro puntos cardinales del horizonte.
~ de bolina.
1. m. Mar. El que viene de proa y obliga a ceñir cuanto puede la embarcación.
~ de proa.
1. m. Mar. El que sopla en dirección contraria a la que lleva el buque.
~ en popa.
1. m. Mar. El que sopla hacia el mismo punto a que se dirige el buque.
2. loc. adv. Con buena suerte, dicha o prosperidad. Ir, caminar viento en popa.
~ entero.
1. m. Cada uno de los cardinales y de los cuatro intermedios.
~ escaso.
1. m. Mar. El que sopla por la proa o de la parte adonde debe dirigirse el buque por alguno de los rumbos próximos, de modo que no pueda caminarse directamente al rumbo o en la derrota que conviene.
~ etesio.
1. m. Mar. El que se muda en tiempo determinado del año.
~ frescachón.
1. m. Mar. El muy recio, que impide llevar orientadas las velas menudas.
~ fresco.
1. m. Mar. El que llena bien el aparejo y permite llevar largas las velas altas.
~ largo.
1. m. Mar. El que sopla desde la dirección perpendicular al rumbo que lleva la nave, hasta la popa, y es más o menos largo según se aproxima o aleja más a ser en popa.
~ maestral.
1. m. Mar. El que viene de la parte intermedia entre el poniente y tramontana, según la división de la rosa náutica que se usa en el Mediterráneo.
~ marero.
1. m. Mar. El que viene de la parte del mar.
~s alisios.
1. m. pl. vientos fijos que soplan de la zona tórrida, con inclinación al nordeste o al sudeste, según el hemisferio en que reinan.
~s generales.
1. m. pl. Los que reinan constantemente en varios climas o partes del globo durante ciertas estaciones o número de días.
~ solar.
1. m. Fís. Radiación emitida por el Sol de forma continua y en todas las direcciones, constituida principalmente por protones.
~ terral.
1. m. Mar. El que viene de la tierra.
a buen ~ va la parva.
1. expr. coloq. U. para dar a entender que un negocio, pretensión o granjería va por buen camino.
afirmarse el ~.
1. loc. verb. Mar. Fijar su dirección.
alargar el ~.
1. loc. verb. Mar. Soplar más largo, o más para popa, de lo que soplaba respecto a la embarcación que navega en derrota.
a los cuatro ~s.
1. loc. adv. En todas direcciones, por todas partes.
a mal ~ va la parva.
1. expr. coloq. U. para dar a entender que un negocio, pretensión o granjería no va por buen camino.
beber alguien los ~s por algo.
1. loc. verb. coloq. Desearlo con ansia y hacer cuanto es posible para conseguirlo.
beber alguien los ~s por otra persona.
1. loc. verb. coloq. beber los aires por otra persona.
cargar el ~.
1. loc. verb. Aumentar mucho su fuerza o soplar con demasía.
como el ~.
1. loc. adv. Rápida, velozmente.
contra ~ y marea.
1. loc. adv. Arrostrando inconvenientes, dificultades u oposición de alguien.
con ~ fresco.
1. loc. adv. Con mal modo, con enfado o desprecio. Irse, marcharse con viento fresco. Despedir a alguien con viento fresco.
correr malos ~s.
1. loc. verb. Ser las circunstancias adversas para algún asunto.
dar a alguien el ~ de algo.
1. loc. verb. Presumirlo o conjeturarlo con acierto.
dar al ~.
1. loc. verb. Divulgar noticias o sucesos.
dejar atrás los ~s.
1. loc. verb. Correr con suma velocidad.
escasearse el ~.
1. loc. verb. Mar. Cambiarse en su dirección hacia proa.
ganar el ~.
1. loc. verb. Mar. Lograr la nave el paraje por donde el viento sopla más favorable.
irse alguien con el ~ que corre.
1. loc. verb. coloq. Seguir siempre, atento solamente a su interés y conveniencia, el partido que prevalece.
llevarse el ~ algo.
1. loc. verb. No ser estable, ser deleznable.
moverse alguien a todos ~s.
1. loc. verb. Ser inconstante.
2. loc. verb. coloq. Ser fácil de traer a cualquier dictamen.
papar ~.
1. loc. verb. coloq. papar moscas.
picar el ~.
1. loc. verb. Mar. Correr favorable y suficiente para el rumbo o navegación que se lleva.
2. loc. verb. Ir en bonanza los negocios o pretensiones.
saltar el ~.
1. loc. verb. Mar. Mudarse repentinamente de una parte a otra.
tomar el ~.
1. loc. verb. Mar. Acomodar y disponer las velas de modo que el viento las hiera.
2. loc. verb. Cineg. Indagar o rastrear por él la caza. Se usa frecuentemente hablando de los perros y de los halcones.
3. loc. verb. Cineg. Ponerse donde a una res o animal de caza no le vaya aire de la parte del cazador.
venir al ~.
1. loc. verb. Mar. Volver algo más el buque su curso contra él.

sábado, 22 de junio de 2013

Eleph Ant

Ant era una hormiga diminuta y miedica.
Le tenía miedo a casi todo. Tanto susto le daban las cosas que no se acercaba a nada ni a nadie de su pequeño mundo de arena. Las demás hormigas buscaron por todos los alrededores del circo donde vivían algo que le quitara el miedo a little hormiga pero sólo encontraron un reloj de arena donde meterla.

A little hormiga le encantó su nueva guarida. Dentro del reloj de arena se sentía protegida del mundo, era muy feliz. Sólo temía, en su jaula de cristal, a las mareas de arena del tiempo.

Desde el interior del reloj Ant se sentía más grande y fuerte. Era capaz de mirar hacia afuera y disfrutar de lo que la rodeaba. Tomaba rayos de estrellas, lunas, soles y retozaba en arena finísima extra- suave.


La hormiga diminuta se desarrollaba tan bien que incluso fue a la guardería de animales del circo. (Proeza histórica en el mundo de los circos, ningún bicho menor había asistido antes a aquella escuela animal. (Bichos mayores; mariposas, libélulas, abejorros, escarabajos, lagartijas. Bichos menores los demás))

Dentro de su caparazón de cristal Ant escuchaba al resto de cachorros y disfrutaba de su compañía.
Little jirafas y little leones le caían genial, pero su cachorro favorito era little Eleph. El pequeño con trompa al principio le tenía miedo a la pequeña hormiga, pero ella le contó como supero su miedo a todo y se le pasó un poco, porque no se vio tan pequeño a su lado. Eleph le contó como un cocodrilo les regaló la trompa a los de su especie y así fue como se hicieron amigos. Juntos urdieron buscar un cocodrilo concede deseos para pedirle lo que querían.

Cuando tuvieron trazado el mapa para buscar el agua donde decían que había cocodrilos... Elph y Ant comenzaron a caminar. Al principio Elehp llevaba rodando el reloj de cristal con su amiga diminuta dentro pero pronto se mareó la hormiga y tuvo que sacarla casi ahogada en mareas de arena...

Cuando la hormiguita se sintió fuera de su caparazón de cristal tuvo un poco de vértigo pero pronto respiró aliviada, como excarcelada de su palacio. Cuando ambos se recuperaron del susto, Eleph se colocó a su pequeña amiga en la pata e intento continuar el camino. Sólo dio un paso con cada pata cuando tuvo que parar porque las cosquillitas de la hormiguita no lo dejaban caminar.



"Tengo una hormiguita en la patita
que me está haciendo cosquillitas
y no me deja caminar, camanar, quemener, quiminir, comonor, cumunur..."

Cantaron tras comprobar que en el lomo y en el gaznate le hacía más cosquillas la hormiguita y colocársela en los pelos del flequillo.

Al anochecer llegaron al pantano donde vivían los cocodrilos. Decidieron esperar a la mañana siguiente para pedir sus deseos al cocodrilo mágico.

Elph estaba tan cansado que se desplomó sobre una hojas frondosas que encontró junto a una piedra y Ant le cayó sobre una de las patas. La hormiguita se asustó tanto del impacto de Elph contra el suelo que corrió para arriba y para abajo como dislocada. Elph se reía a carcajadas y cuando no pudo más le sopló a su amiguita para que parara. Ant se paró justo en el pecho de su amigo panza arriba... Allí ambos acordaron que podía dormir si se estaba quietecita. Eleph advirtió a su amiga del peligro de espachurrarla con su trompa pero Ant temía más cualquier otra cosa que a su amiguito.

Eleph durmió a trompa suelta y cuando se despertó no encontró a su hormiga. La buscó por las hojas, por la piedra e incluso se sonó la trompa por si acaso por inspiración... Pero no la encontró.

Mientras se bañaba en el pantano se le acercó un cocodrilo del que por instinto huyó. Eleph salió en estampida y llegó hasta el circo.

Allí llorando contó a todos su paseo con little hormiga hasta el pantano y como al despertar no la había encontrado. Explicó que el cocodrilo parecía que se lo iba a comer en lugar de concederle valentía que era lo que él pedía. Todos quedaron espantados con la historia que les contaba el cachorro con little hormiga espachurrada entre los ojos de un trompazo... Ningún animal ni bichejo le reprochó nada y nunca jamás le contaron lo que pasó con la hormiga diminuta.

En honor a su amiguita desaparecida Elph pasó a llamarse Elephant.


Cuando elephant echaba mucho de menos a su amiga hormiga para sentirse valiente y fuerte, pasaba largos ratos balanceándose en la tela de una araña y así se le pasaba un poco.



PD:) Based on a bird history




domingo, 26 de mayo de 2013

La niña, la azotea silvestre y el elefante frenesí





Una vez fue una niña pequeña que se hablaba/ comunicaba con bichos y animales de todas las especies e incluso algunos de juguete.


Sin querer ni poder evitarlo entendía el aletear de las mariposas o la pasión roja que envolvía a los tres puntitos en las alas de las mariquitas.

Escuchaba las historias macabras de las grandes heroínas hormigas que casi siempre acababan con un ¡Mátala! ¡Mátala! 

Tenía una azotea donde los animales más exóticos le contaban en secreto sus cuentos. Allí los más extraños animalejos convivían en plena armonía. Unicornios, cebras, jirafas, tigres, monos, camaleonas, caracolas... de todas las especies imaginables habítaban la azotea donde sólo existía una norma básica:

“NO PISAR NI DEVORAR SERES SILVESTRES”


Pata mareá por seguir destellos de luna 

Una noche de primavera a medias la niña soñó con su azotea floreciente y sus animales silvestres. En el sueño iba a bordo de un barquito llamado  ‘Duendevela’ al que todos llamaban duermevela por confusión... La niña resplandecía con su vestido amarillo, sus zapatitos y sus totos a juego junto a la luna.

Duendevela flotaba sobre las flores y los animales silvestres; al son que silbaban los vientos. De repente el chapotear de un pato del color de la luna, esa noche, en la charca, atrajo al ancla de nube del barquito que no tardó en posarse junto a la orilla.

El pato, la luna y la niña iban a juego de reflejos amarillos en la charca aquella noche.

La luna y la niña observaban la actividad Pat- acuática del ovíparo amarillo. El pato entraba, salía, meneaba a colita, cantaba algo de agua fresquita... aleteaba y salpicaba agua de la charca con sus patas y sus alas de peluche...

Era cómico y divertido, pero el pato parecía triste o enfurrunchado por algo. La niña puso cara de atención y escuchó la historia que el pato necesitaba contar.


              “Soy una pata ves!! (Dijo señalando unos totos amarillos camuflados con su plumaje de peluche.) ¡Estoy haciendo bien mi trabajo! ¡El pato mareao lo llaman! ¡Pero soy la pata marea de los cuentos y nadie me conoce como tal... Todos hablan de mi, a muchos los llaman o incluso los consideran de mi especie... pero yo soy la auténtica pata marea. Estoy cansada de que me tomen por cualquiera, sin conocerme siquiera.

A la niña le dio tanta pena la rabia que le causaba esa historia a la pata y le llevó a la azotea cuentos nuevos para que dejara de patalear el agua. )(Eso enturbiaba a la luna en la charca) 

Crines tintadas con fresas y petunias


Una mañana con olor a verano, la pequeña dueña de la azotea silvestre; tras hacer volteretas sobre las fresas silvestres y las petunias se tumbó a soñar plácidamente en el arriate de amapolas. Su melena color rosa fresa silvestre salpicada de petunias en la hierba era lo más bicho raro que podía verse por allí...

El sueño duró muy poco. Un pony azul con las crines rosa fucsia había cogido a Duendevela. Viento en popa chupeteaba mordisqueando amapolas.

     “EEhhhh!!!! no hagas daño a otros silvestres!!!!”: exclamó la pequeña

     “Les hago cosquillas!!! Y a ellas les encanta!!!”: relinchó de pasión opiácea el pony
   
      “Ven juega con nosotros. Sabemos trotar y relinchar como los sueños”: relinchó esta vez de felicidad enseñando con nobleza los dientes llenos de migajas de amapolas.

La niña no pudo evitar aceptar la invitación del pony con crines de fresas silvestres y petunias.


El elefante frenesí


La llegada del otoño a la azotea trajo un nuevo habitante. Con la maleta llena de ganas de echar raíces. El árbol de los deseos estaba allí. Joven, erguido como una bandera y lo suficientemente fuerte para soportar las caricias, zarpazos y coces de amor del resto de los habitantes de la azotea silvestre.

Sin duda el árbol llegó preparado para soportar fríos inviernos y amparar de los señores del viento, la nieve, los huracanes, los relámpagos...

La niña sabe que el cumpleaños del árbol de los deseos es el día morado. El día que llegó a la azotea era día berenjena porque la pequeña se encaramó a la mejor rama y allí plantó su cinta morada de la cabeza como bandera. Después descendió con cuidado de no pisar ningún silvestre por diminuto que fuese.

En tierra de azotea silvestre un elefante lila soplaba con la trompa a las campanillas para escuchar sus carcajadas. Reía y saltaba al compás provocando un ruido de hojalatas saltarinas pues llevaba sartenes, cacerolas y cacharros de ese material colgándo de su tela de seda silvestre del lomo.

      “UUUUOOOOOLA!!! Soy tu elefante asiático de cacharrerría. Me llamo Frenesí; y me dijeron que tenía que huir de mi o moriría enseguida. .... Y aquí estoy, voy a quedarme con los de mi especie... He visto la azotea silvestre esta digna planeta para Frenesí....”


Frenesí guardó en su memoria de elefante. No pisar ni devorar silvestres.

Fueron animales exóticos y comieron cacahuetes felices.





lunes, 20 de mayo de 2013

Cuentos del Guadix sombrío


Este libro se presento en Granada (Calle Duende 12) en 2006.

“La memoria sensorial... puedes escuchar el canto del gallo, el quejío de los postigos de las ventanas, la copla de las cortinas al retirarse...”


El estigma de Verona

“Concibió a nuestro protagonista sin la participación expresa del marido”
“Despilfarraba como un crápula”
“Aceptaba de buen grado el tráfico carnal de su mujer”
“Los sobresaltos de una existencia en la cuerda floja”
“Verona; estigma disfrazado de apellido”
“Para no pervertir su máscara neutra y hermética”
“Disturbios en su frágil equilibrio psicológico”

“Sus fechorías despuntaron muy pronto”

“Los diabólicos experimentos de Verona”

“Tuvieron que apartarse para no padecer el escarnio público por culpa de su carácter pendenciero y sobervio”


Pergeñar:

“Cuestión baladí”

Escarnio:


“Ni nos atreveríamos a sugerir una relación de causa- efecto entre sus experiencias infantiles y el derrotero que tomo su existencia”

“Infacia problemática y atribulada”



La mecedora


Muerte de Aurelia

“La escasa fuerza de sus argumentos: sus convicciones se basan en la intuición o más bien en corazonadas”

“Sostener largas conversaciones con otras gentes que habitaban su cabeza”

“Se incorporó al paisaje”

“Mueca de aceptación frente al espejo”

“Ella ha dedicado su vida a gustarse a si misma antes que acicalarse para los demás”

Acicalar:
Escudriñar:

“Del jardín asciende un penetrante aroma a mañana”

“Mujer de afables maneras”

“Un aposento deshabitado se mantiene mejor en la penumbra”


“Armado con la inocencia de siempre”



“Escudriñar los abismos en su mirada”

“Parece una muñeca dormida”

“Se ha quedado solo enmarañado de recuerdos”


“Exprime un par de lágrimas pues a lo largo de su vida las gastó casi todas y se aleja viejo y derrotado”


Muerte en el Mira de Amescua

“Se desplomó con estrépito mientras sus uñas rajaban el aire”


“Ruido sordo, como de calabaza resquebrajada que siempre le perseguía en sus sueños”

“Enmudecía porque el tampoco encontraba palabras para justificarse...”


“Un tema excesivamente aplazado sin solución prevista”

“Huir atruena en su cabeza”

“De su entereza dependía el éxito de sus empresas”

“Pánico enfrentarse a cuestiones que no deseaba clarificar”

“Dirimía sus dudas de la misma manera cínica y fatalista”

“Sus víctimas sucumbían en pleno apogeo de la vida.... ojos inyectados de lujuria”


“Estudiando las hipoéticas poses de una vida instantánea imperecedera, para la eternidad”

“De ojos sagaces de predador urbano”

Descollar:

“Entre evasivas y amables palabras se mantenía al margen del ruido que genera una estrella a su alrededor y que sólo sirve para hurtarle sus objetivos”

Marasmo:

“Ajena al deambular del mundo”

“Su vida se diluyó”

“Acomodar su forma de ser para simultanear la convivencia”

“Pero la parte superior de su orgullo estaba tan por encima del horizonte social, le era tan propia, tan incardinada en su alma... “

“La intuición de un cataclismo”

Cavilar:
Descabellar
Ahíto:
Enfangar:
Arrestos:
Rutilante:


“No había razones para tanto resquemor”

“Decisión descabellada e irreversible como inútil y enfangar...”

“Consideración tardía apuntaba hacia la senda del error”

“Carecer de arrestos”

“Mujer ingenua sin adornos ni atributos”

“Apartó una sombra de duda. Controló un molesto tic de pánico”


“Ambiente donde las relaciones se deslizan entre la infidelidad y la falta de respeto”

“Y se encontraba mal con el corazón roto”

“Insolente sarcasmo”

“El esclavo de una calamidad”

“Atado al sueño eterno de una estrella”

“Descubrió con profundo dolor que las armas en la lucha por el éxito no están homologadas, quevale cualquier herramienta para desollar al adversario”

“Lo más importante para los demás había dejado de interesarle”


“Huellas que taladran recuerdos”

“Deseo voraz” “Estrella rutilante”

“Esquivar un mundo hostil” 

“La aventura autista de una mujer cobarde”

“Doble rasero de sus palabras”

“Conato de relación...”

“Lo había elegido a pesar de las apariencias por su prestancia vulgar, su coqueteo ramplón”

“Buen acicate para tan escasa inversión”

“Hasta los confines de la locura”

“Hablar del mundo con una curiosa similitud en cuanto a apreciaciones, como almas gemelas que perciben los sonidos del exterior con la misma intensidad”


“Deslizándose por la senda que conduce a los sentimientos, aquel lugar del corazón donde los juicios son puestos en entredicho y uno puede adoptar decisiones sin medr las consecuencias que acarreen”

Entredicho:

Acarrear:

“Ojos desaforados”

Gitano

“Un nuevo hogar y el objetivo de su venganza al doblar la esquina”

Anamnesis de un dolor

“Dígame cuál de los tres era yo; si el niño amortajado con su traje de marinero... II o era el niño pendiente de cada detalle, asido por una mano al padre....III O era aquel niño encaramado al tejado, junto a la campana del cementerio...”



“Sabotear al drama”

“Creo que sí, que sabes de tu muerte, pero la subestimas porque imaginas que te vas a transformar en cualquier personaje que suplantabas cuando la salud te acompañaba... salud de cristal para mimar”

“Fuiste a engrosar unos porcentajes denigrantes para nuestro sistema de vida”

“No me extraña que sirvas de cobaya en beneficio de la comunidad”



Luis Asenjo es el autor de estos cuentos.






PD: ) Muchas gracias por regalarme estos cuentos. Gracias por existir y recordarme que existo, a veces... Gracias por darme aire nuevo para respirar a través de las letras... Cito textual algunas de las frases que más me han ‘engatusado’ para retenerlas y guardármelas un poco más.