Gracias a esos enlaces coincidentes ambas familias comparten además de herencias, cielos celestes y cimas del mundo una sangre casi idéntica.
Mi casi abuela Ramona era la hermana de mi abuela. Era de esas abuelitas encantadoras de ojos azulones. Además fue la primera persona que me preguntó ¿que quieres? en cierta ocasión cuando era muy peque y nadie me preguntaba eso... me encandiló.. en dos palabras.
A mi me gusta calificar las cosas por lo que me gustan. Cuando me encanta algo lo meto en mi lista de cosas favoritas... Mi casi abuela Ramona era de mis personas favoritas...
La anécdota más famosa de esa parte de la familia:
Uno de los hijos de Ramona; ya no me acuerdo si Antonio o Ignacio era muy malo y su madre lo encerraba en un corral con unas pitirras que tenía... Era tan travieso y revoltoso que gritaba: Sácame o mato a las pitihhrricas!!!
Pero mi persona favorita de esa parte de la familia siempre ha sido mi tía Blanca. Aunque solo es prima hermana de mi padre por dos, desde que recuerdo la he visto muy parte de mí... o más bien como un ideal a seguir. Poco convencional o poco clásica. De alma revolucionaria y apariencia tranquila. Con ojos claros destelleantes de magia. Nunca he entendido muy bien esa esencia rebelde que desprende y me temo que sea lo que me toca más de ella.
Mi tía Blanca es uno de los perfiles de persona atractiva, casi heroína, en los personajes del guión que me dieron... Y no es que cure con una pastilla diminuta cualquier enfermedad, que también sino un millón de cosas difíciles de explicar. Tu forma única de vestir, de hablar, de ser...
Con la mente tan abierta como para escuchar cualquier cosa, tan profunda como para comprenderla y con el corazón tan grande que es capaz de impulsarte ante cualquier dificultad. Así te veo yo y así te he visto siempre. Libre por los cuatro costaos´ y de colores.
