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domingo, 21 de octubre de 2012

Luna y orca

La orca loca era la única de piel rosa que habitaba en el Pacífico... Su color palo y su soledad en la inmensidad del mar la hacía extraña y misteriosa para los demás bichos y monstruos marinos.

"Mira es enorme, rosa y está sola.." gluglurreaban los pececillos y huían dejando estelas de burbujas diminutas... 


Lola se llamaba la orca que por gigante y diferente no encontraba compañeros de aventuras.
El fondo del mar se le hacía cada vez más inmensamente azul marino y triste.  A fuerza de asustarse de sus vecinos; las miradas asustadas que le dedicaban fueron creciendo, junto con las burbujas que dejaban a su nado con los aleteos apresurados.. 

Así la pequeña orca creció junto a su miedo y el reflejo del susto de los demás peces... Cuando se hizo un poco más  mayor, cansada de perseguir, sólo con la mirada, las burbujas que dejaban otros al aletear... Comenzó a aletear en otra dirección diferente al sentido de las burbujas..

Todos los peces iban hacia un lado o hacia el otro, acercaban la panza a las algas del fondo o la retiraban pero ninguno nadaba hacia arriba... La orca ese día decidió darle la razón a los demás y hacer algo extraño y diferente, lo que siempre esperaban que hiciera sus vecinos, lo contrario de lo que hacían ellos... Nadar hacia la superficie...


Los peces cuerdos esperan continuamente que los peces locos hagan lo contrario de lo acuaticamente establecido... Y lo más parecido al infierno pez es la superficie... Llena de luz y sin sal... Pero todo eso no lo sabía Lola.. Nadie la había civilizado en ideales acuáticos ni nada por el estilo.

La orca solo estaba aburrida del fondo marino y quería buscar aventuras o problemas.
Aleteó hasta llevar su cuerpazo rosa palo hasta lo alto del agua y se mantuvo a flote unos instantes. Después escondida bajo una fina capa de espuma de ola continuó mirando hacia arriba. Miles de chispas sobre otro fondo azul marino pero sin agua, brillaban justo frente a ella.
La chispa más gorda pronto llamó su atención al verla bailando con el agua.

Desde aquel preciso instante la orca Lola se sintió embrujada por la chispa gorda que la miraba desde su particular y lejano fondo marino... 

Tomando impulso, Lola aleteó todo lo fuerte que sabía para acercarse a la chispa y hablar con ella.
Luna, era el nombre de la cara de su amiga que más le encantaba...

La orca loca y la Luna pasaron la noche saltando, aleteando y chispeando para inventarse su juego de las mareas... Desde entonces todas las noches la orca acude a su cita con la superficie. Ve reflejada a su amiga y le gusta imaginarse que son de la misma especie pero en mundos distantes separados por agua y aire. Lola se siente feliz pensando que su torpeza hizo que se cayera del cielo azul marino al fondo porque encontró el camino para subirse a la cresta de la ola y volvió a vivir con Luna.

Cuanto más crece Luna más se cree su historia la orca porque más reflejada se ve... 

Y cuando la Luna se esconde tras las nubes, entonces Lola juega más fuerte a las mareas contra el agua de lluvia, esta vez, para llegar ella también tras los nubarrones.





PD: "Tu casa donde está, entre viento y nieve. No me pienso alejar, por si se mueve..."





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