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sábado, 4 de julio de 2015

De Krakens y sirenas

Todavía no he conseguido comprarme "El sexo de la risa" ni "Grecia" por eso de que "nací con nombre de ciudad y no se si para ser devastada o conquistada". Aún no tengo en la mesilla de noche "un invierno sin sol" junto a "alas de mar y prosa", ni "ojalá joder" ni "toda esa mierda", ni "circo de quimeras"....

Más la poesía corre ya no sólo por las calles sino por las estanterías y los escaparates de las tiendas... y lo que es mejor se les escapa a algunos bonicos entre los dedos. Son unos quita-penas a los tiempos pero a la vez son unos tiempos preciosos en los que se amasan palabras que llegan a grandes historias.

Hace más de un año que no acabo un libro aunque he empezado otros cientos. No quiero que se acabe.
Además de millones de libros, hay infinitos lugares de cuentos. 


 "Necesitas un pirata, tesoro."


No hace mucho encontré uno llamado "de krakens y sirenas". Hasta allí me llevó el cuento de un pez de pecera que quería ser sirena... El cuento aquel me enterneció. Seguí mirando aquel espacio de monstruos marinos. En el hablan de peces de pecera, de mafiosos que describen a 'Mimi' con precisión de neurofolladores, de 'malditas tus ganas' o de 'improvisar primaveras' siempre desde varios ángulos o puntos de vista.

De todos los relatos, además del cuento del pez que quería ser sirena, el que más me conmovió fue uno que aunque se titula de otra forma yo llamo Arizona. (Pongamos que hablo de ti)

"Arizona, lo recuerdo…
Y es que bastó un sólo instante para que se derrumbara el castillo de naipes de mi concienzuda estrategia. Cuatro holas, cien sonrisas y mandó al traste todos mis nunca más: No volver a casarme nunca más, no implicarme emocionalmente nunca más, no volver a tener hijos,… exacto, nunca más.
Tu madre se presentó en la puerta de mi casa sin avisar. Me entregó un paquete pequeño perfectamente envuelto que oscilé ante mi oído intentado averiguar su contenido y me dijo que lo abriese, que era amor.
Me rodeó con sus brazos, reposó su cabeza en mi pecho y me devolvió instantáneamente a revivir los sentimientos de un quinceañero.
Llegó demasiado pronto y me pilló con la vida desordenada, pero me dijo que no me preocupara, que me ayudaría a poner las cosas en su sitio sin prisa, que teníamos todo el tiempo del mundo.
Nos enseñamos en el sofá los álbumes de recuerdos del pasado para colocarlos después en la estantería del olvido y pusimos nuestra primera lavadora juntos llena de sus miedos y los míos.
Arizona, bonito nombre…
Porque ibas a ser niña, eso lo decidimos en cinco minutos. Con el nombre tardamos algo más, quince, creo. Llegué a imaginarme tus pies marcados en el interior de su barriga, tus manos y tu boca llena de chocolate con una sonrisa sin dientes, paseos descalzos por la playa vestidos de blanco los cuatro y tu hermana mayor, también hija mía, monopolizando tus abrazos y tu atención, llegué a conocerme de memoria tus rasgos y tus gestos sin ni siquiera haberte visto jamás.
Últimamente todo se ha complicado un poco, Arizona. A lo mejor tenemos que retrasar unos años lo de llegar a conocernos, pero es curioso que sin ser real lo fueses todo y que aún sin tener forma, ya te quiera."


Es de lo mejorcito que he leído. Me gusta tanto tanto que yo que se... 






PD. "Las mujeres educadas y mal educadas coinciden en querer sentirse 'MiMi' al menos un par de veces en la vida" (I've got you under my skin)



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