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martes, 23 de agosto de 2011

'Felicidad voluntaria'

Hace unos años tuve la oportunidad de colaborar como voluntaria con unas colonias para personas con discapacidad física o sensorial en Guadalmar, una localidad malagueña.


La mayoría de monitores y responsables de mi reemplazo eran 'granainos' de pro, pero tanto los 'niños', como me gusta llamarlos por su inocencia, como la mayoría de voluntarios eran de Jaén, Madrid y otras ciudades españolas.


Durante un mes cuidaba a una niña llamada Ana, pintaba caras, hacia decorados, trenzas de pelo, paseos y excursiones, comidas, meriendas, vigilaba en los turnos de siestas y otras labores típicas del voluntariado. Había poco tiempo para el descanso, pero siempre encontrábamos tiempo para un rato de risas y locuras antes de ir al 'catre' y resultó ser uno de mis mejores recuerdos. Se lo recomiendo a todo el mundo.


Roci, Edu y Jose Luis son algunos de los nombres de otros chicos que participaron del campamento. Además de un millón de besos y abrazos me daban cada día sonrisas, caricias, fuerzas, guerras de almohadas, el poder de reírme de mí y del mundo... y sobre todo ganas de amar la vida cada instante con su mirada de diversión.  


Los primeros días me costaba conciliar el sueño no sólo por la incómoda cama sino por los ruidos extraños del colegio en el silencio nocturno, entre otras cosas. Un monitor me dijo "no te preocupes que en un par de días encontraras la serenidad mental total". Efectivamente, en un par de días y durante bastante tiempo después descansaba de un tirón cada noche.


El día que deje aquel colegio fui por primera vez, conscientemente FELÍZ- sí con mayúsculas-. Aquella experiencia cambio mi vida sin duda. Aprendí lo que es valorar lo que se tiene,  el significado de la expresión "sentirse realizado". No paraba de dar saltos de alegría camino del chiringuito de siempre en la 'Playa de la salud', irónicamente, para hincharme de coquinas. Ese fue el día que nació mi sonrisa compulsiva, creo.


Muchas noches de insomnio y penas mal curadas echo muchísimo de menos a los niños, ese mundo de 'la nube' de Pepe y mi padre, de ironías sin malicia, sencillez,de risas descontroladas como los acontecimientos, de solo tener que dejarse llevar,,,, creo que es lo que me pide el cuerpo y la mente, desconectar de mí un mes para querer a alguien que se lo merece mucho más que yo sin duda,,, ojalá tuviera tiempo....y no quiero justificarme con decirlo....


Nota: es muy feo que palabras tan importantes como chiringuito o coquinas no estén registradas en este diccionario. Por favor el responsable que se lo mire (vocabulario de andar por la playa, no tiene tantas palabras).

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