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lunes, 19 de marzo de 2012

La sal del mar

Había una vez un molinero pobre que sólo tenía un molino con el que moler pan. Las muelas del  molino tenían el poder mágico de hacer surgir de la nada cualquier cosa que  su dueño deseara.

¡Gira gira molino querido, muéleme, oro, plata, chocolate o café, yo te lo pido!

Y el molino molía en el acto todo aquello que él le pedía.

Sus vecinos comenzaron a envidiar su suerte y a intentar descubrir el secreto de su prosperidad....

Cierto día un marinero se escondió tras el molino y escuchó las palabras que el molinero decía a su molino. Al caer la noche volvió con unos compañeros y robaron las muelas del molino para instalarlas en su barco.

Tras zarpar hacia tierras muy lejanas, al internarse en lo más profundo del mar los marineros comenzaron a preparar la cena. Al no encontrar la sal recayeron en las muelas de molino que molerían lo que desearan. Sin más se colocaron frente a ellas y el marinero que escuchó al molinero repitió: "¡Gira gira molino querido, muele sal que yo te lo pido!



Al momento las piedras comenzaron su labor, y la sal empezó a caer sobre la cubierta...

- ¡Ya está bien! vociferó el marine

Pero las muelas no le prestaban atención...

Entonces, se dió cuenta, aunque demasiado tarde, que en su apuro por huir, no había escuchado lo que debía decir para detenerlas. Intentó hacerlo de todas maneras, y con todas las expresiones que podia imaginar:

- ¡Para!... ¡Cesa de moler!... ¡Es suficiente!... ¡No necesito más!...

Pero todo fue inútil... las piedras continuaron moliendo y moliendo hasta que el barco se hundió bajo el peso de la sal y fue a parar al fondo del mar.

Los hombres, naturalmente, se ahogaron; pero las piedras continuaron moliendo...

Como nadie sabe donde están y, aunque se las encontrara, no se sabría cómo detenerlas, siguen, hasta el dia de hoy, moliendo sal sin cesar...

Y por eso es salada el agua del mar....

PD: Cuento popular de las hadas sobre el origen de la sal del mar

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