Tres brazos de mares naturales expertas en jugarse la vida en causas perdidas son las protagonistas.
Las tres hadas encantadas que os voy a presentar están hechas de chucherías, cantícos de pan y aliños silvestres... Y sobre todo de tiempos libres.
El hada guerrera del invierno es la más pequeña de las tres pero a la vez la más grande y fuerte. Sus ojos celestes helados salpicados de motas negras son un ventanal a su impetu temperamental. A los ríos helados y las nieves perpetuas que le corren por las venas.
Gracias al cambio climático sus labores como hada cada día fueron siendo menores lo que la ha ido instalando en labores más terrenales de su especie como plantar helados en cucuruchos o plancharlos.
El hada invernal es capaz de definirse como mitad hombre y ejercer de ello. Es una guerrera valiente, sin duda ya ha llegado a capitana de cielo azul marino que desea...
El hada de los animales por su parte es la mediana de las tres hadas. Es la más de su tierra. La más de estar en casa, ver películas y contemplar a los peces. Pero como buena hada animal también es perra de agua y jabalí de montaña. De ojos azul atigrados por los que rugen temperamentos guerreros de agua y piensos naturales basicamente.
La tercera en discordia, el hada de las flores es la guerrera aliada de vientos arremolinados y pajarracos de todos los colores. Sus ojos como no podían ser de otra manera son color miel y sin animal print. Por ellos solo pueden asomarse al mundo de las abejas que ululan sobre los polenes....
De la familia de las hadas que plantaron pies en la tierra
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