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viernes, 6 de abril de 2012

Calle Cerrajeros

La esquina de dolores y promesas se va a quedar ahí. El bar que las acompaña y riega de risas o espontaneidades no me va servir más cañas. Vuelvo a no pasar por ti.

Cuatro callejuelas seguirán sitiandote, pistolas y navajas continuarán sonando e hincándose al amparo de tu abrazo... Tu rayo de sol de medio día no me va a calentar más la mollera.. Que pena..

Te había cogido cariño: los dolores de los morados que aún perduran y me han proporcionado coraje y placer en su misma medida, las tardes eternas embaladas, la tabernilla a puerta cerrá con santo y seña... 
A pesar de ser muy pequeña, la más diría yo, no te falta de nada... Hasta para cortar trocha funcionas! :) Para mi eres la vereda de la puerta de atrás... pero yo soy la que se marcha. Ahí te quedas. En un dulce proyecto de comienzo de nada...

 Aguardaba en la calle Cerrajeros la última historia de amor por 'descerrajar',  extraña ironía... El encuentro se produjo justo entre los dolores y las promesas de la esquina que tanto había observado...

El escenario era lo que cautivaba. Lo acogedor del día y lo bohemio de la tarde acompasaron el pulso del que llevaba la navaja. Llevaba una pistola pero no quise utilizarla. No iba a apuntar ni a disparar. Quería sentir el acero en el cuello. Así fue... El joven se acercó cauteloso, inmovilizandome con mis pocas ganas de moverme... Me olió y después me hincó el cuchillo en el cuello... Lo justo para lamer la sangre que débil brotaba...

Me prometió volver a acabar el trabajo.. Matarme supongo. El juramento implicito por mi parte ha caído en la lista de promesas a olvidar.... Demasiada complicación.. Basta de aprendices de sicarios malos. Si querías matarme porqué no lo hiciste.. Ridículo esfuerzo, un poco más de presión, fuerza o simple instinto asesino hubiese bastado,, pero preferiste dejar una herida superficial que nisikiera va a dejar marca... Te gustará hacer sangre porque no tienes... a mi que me gusta el dolor por el simple placer de sentir algo me pareces un cobarde, poco fuerte o sin los arrestos necesarios para retorcer la navaja dentro  de la carne... Demasiado light para mí, aburrido, pasivo o como se llame en tu mundo lo negativo....

Me quedé unos minutos en aquella esquina. Disfrutando del sabor a mi sangre y deseándo que aquella escena hubiese llegado más lejos... De aquella calle cerrajeros y aquellas promesas inconclusas... Como aficionada al sado esporádico y amante del terror me quedé prendaica' de aquel 'violento' ál que asalté en mi esquina favorita... Pero siempre iba a faltar dureza en sus escenas.... 

No necesitaba de su navaja, no era eso.. Mi pistola en la espalda me invitaba a acariciarla para calentarme la cabeza. Con el movimiento de un dedo se acababa pero solo quería morir a manos de otra persona.. las mías no me debían parecer entonces lo suficientemente dignas...

Primero me enamoré de aquel 'arañador de navaja afilada' pero después pensé que lo que buscaba, a lo mejor, sólo se asemajaba...

"Mirame a los ojos si me quieres matar, nananai, yo no me voy a dejar" 

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