La Princesa Julisse llevaba siglos atrapada en un cuento sin principio ni fin.
Había escuchado miles de millones de veces que las doce de la noche era la hora de los príncipes y las princesas... pero no tenía más datos de su cuento.
Le encantaba la idea de la hora príncipe azul, hada de las noches,,, y soñaba placenteramente con ella...
Después de tantísimo tiempo, años, siglos, eternidades... había llegado a pensar que se había equivocado de cuento, que ella no era una princesa y por eso nunca pasaba nada a la hora señalada...
Cambió el enfoque y empezó en algún momento a ampliar el plazo, las doce de la mañana empezaron a ser válidas... así las posibilidades aumentaban,, pero seguía sin pasar nada..
Una buena noche alrededor de las doce la princesa Julisse observaba las estrellas en la puerta de su castillo... aguardaba impaciente, como siempre, la llegada del príncipe encantado o en su defecto algún guerrero de las estrellas... pues hacía algún tiempo también habría cambiado de canon...
Al fin apareció el príncipe encantado del cuento, o quizás fuese un guerreo de las nubes o de las estrellas camuflado...
Después de tanto tiempo la princesa Julisse tal vez había aprendido a dejar que el cuento se contara sólo....
O tal vez no
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