Erase una vez una montaña que amaba al mar. Lo hizo su amor platónico como el de la luna y el sol....
Sabedores de su incapacidad para cumplir los deseos de sus pieles... Atados a la necesidad de cariño, amor, locura y sin poder nunca acariciar o sentir cuerpo a cuerpo...
Desde hace millones de años la montaña mandaba sus rumores de pasión y dulzura a través de besos cristalinos de agua que van a morir a su mar... a su Amor...
El mar por su parte inventó el rugir de su marea... Así su amigo viento lo lleva cada noche a la falda de su montaña... en forma de brisa marina y arena de playa se agazapa en su regazo... así retozan ambos....
El mar en matorrales y la montaña en arena de playa... brisa marina versus aroma silvestre....
PD:) De como llegó la sal del mar a la montaña...
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